Hacia una capacitación continua de los funcionarios públicos para el mejoramiento del servicio público





Hemos insistido muchísimo mediante artículos publicados en nuestro blog, en la necesidad de mejorar la calidad de los servicios públicos y la atención que reciben los ciudadanos por parte de los funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones.

La razón de ser de lo anterior descansa en el hecho de que mal podríamos hablar de progreso, desarrollo, mejora de la calidad de vida de los asociados e inversiones si contamos con un modelo arcaico y desfasado de gestión publica.

Mas allá de un asunto semántico, un juego de palabras o simple moda académica, no en vano a nivel internacional se ha dado paso al concepto de gestión pública, para identificar con el un sinnúmero de cambios que a nivel de las administraciones públicas vienen suscitándose hace ya varios años.

Seguramente la gran mayoría esta de acuerdo en que se requieren cambios de forma y fondo en cuanto a la administración de la cosa pública, cambios que hablan de la necesidad de orientar las políticas y acciones públicas al ciudadano, así como a la satisfacción de sus necesidades y la prestación de servicios públicos de calidad, ya no solo teniendo en cuenta la base legal de tal cometido, sino también ampliando el criterio a aspectos por años relegados al sector privado, como por ejemplo eficiencia, eficacia y calidad en la prestación de dichos servicios.

Lo anterior por inferencia lógica, implica un cambio de paradigma a nivel de nuestras instituciones. Conlleva además, una acción inmediata y decidida a todos los niveles. Un compromiso por parte de los actores sociales involucrados y claro está, por parte de quienes enfrentan las contingencias propias del ejercicio de la función pública (limitaciones presupuestarias, decisiones jerárquicas inconsultas y politización del quehacer público por encima de su profesionalización), entiéndase el funcionario que recibe el documento en ventanilla, el que brinda la opinión legal, califica un documento, desarrolla la política de gestión de un departamento y participa en cualquiera de las labores de ejecución de una organización pública.

Ahora bien, atañe definir entonces la metodología a implementar para llevar a cabo el tan mencionado cambio de paradigma.

Sobre este particular debemos estar claros en que no existen formulas mágicas, ya que las prácticas que pudieron generar un cambio cambio de paradigma en Chile, Argentina o Perú, por mencionar de manera aleatoria algunos países, es probable que no necesariamente generen el mismo resultado en nuestro medio, ya que la idiosincrasia, cultura organizativa, valores institucionales y realidad en general, cambian de un país a otro con impresionante contraste, pero puede que constituyan puntos de referencia dignos de ser valorados.

Sin embargo, más allá de las buenas prácticas y la utilización del benchmarking como estrategia de mejora de las capacidades institucionales, debemos destacar quizás aquello que constituye o ha constituido la constante o denominador común en este cambio de paradigma: La capacitación y profesionalización de los funcionarios públicos.

Las políticas de capacitación y formación de los funcionarios han representado la piedra angular en la modernización y proceso de cambios a nivel internacional y no puede ni debe ser la diferencia en nuestro país.

La calidad en el servicio público, se alcanza entre otras formas mediante la vía de la educación, no queriendo decir con esto, que no exista una gran cantidad de funcionarios profesionales, con elevados estándares académicos, así como habilidades y competencias destacables y con excelente visión de servicio y compromiso, porque los hay, pese a la poca valoración que hace el sistema de ellos, pero de lo que hablamos aquí, no es de un acto antojadizo, eventual y desorganizado de formar y capacitar , por el contrario hacemos referencia a un plan de formación continua que forme parte de una estrategia permanente a corto, mediano y largo plazo, en el que distintos sectores de la sociedad civil participen de manera concertada.

Además de las instancias públicas llamadas a capacitar y formar a sus funcionarios, sin lugar a dudas los gremios y las universidades tienen un rol importantísimo en este proceso de cambio de paradigma através de la formación y capacitación.

Este artículo va encaminado precisamente a calar en las autoridades encargadas de la educación superior y en aquellas fundaciones, asociaciones, empresas de capacitación y otras relacionadas, para elevar el tema de la formación de nuestros funcionarios a un tema de prioridad social.

Es imprescindible  que la oferta académica se amplíe y contemple áreas tal vez menos comerciales, pero que a la larga estoy convencida redundarán en el beneficio de quienes son la cara de nuestro país ante inversores y empresas internacionales, es decir nuestros funcionarios públicos.

Existe una buena disposición por parte de profesionales jóvenes que nos hemos especializado en el extranjero para trabajar en la reingeniería social y pública de nuestro país, ya sea impartiendo nuestros conocimientos desde la esfera académica o bien a lo interno de las instituciones públicas, pero la realidad con la que nos encontramos la mayoría de las veces es que si no estas inscrito en un partido político, no importa los méritos que te respalden, tendrás que ver los toros desde la barrera y soportar con estupor como la mediocridad gana espacios y se erige en norma.

Por mi parte, creyendo en que en ocasiones una golondrina no necesariamente hace verano, pero puede incidir positivamente en él, tocaré todas las puertas que sean necesarias para que se visibilice la importancia de formar a nuestros funcionarios públicos y llamare la atención sobre la necesidad de darles acceso a programas continuos de formación profesional ( no solo desde el gobierno, sino además desde las instancias de educación superior) especialidades, maestrías, diplomados, como una forma de elevar su imagen, autoestima y valoración de sí mismos en aras de brindar el servicio de atención de calidad que requiere un país para situarse en el conglomerado de naciones del primer mundo y lograr el cambio de paradigma necesario para competir en base a los más altos estándares de excelencia.

17 comentarios:

Mgtr. Alessandra I. Calcagno J. dijo...

Excelente artículo Mgter. Lastra.
Definitivamente necesitamos un programa que ayude al sector público no solo a dar un mejor servicio, sino también a que se cambie ese "modus operandi" del juega vivo y a la no-proactividad. Recordarles que su función es para el país, y que el país somos todos. Será un trabajo minucioso y concienzudo, tomará años, sí. Pero de seguro creo que si se hace, cambiaremos los viejos por nuevos paradigmas mentales, así como la imagen que se tiene de dichos Servicios Públicos.
Excelente. Gracias.

@GestionPublica dijo...

Estimada Alessandra, te doy las gracias por estar siempre penmdiente de nuestro blog.

Como atinadamente señalas la tarea de concienciar sobre estos y otros temas no es fácil, sobretodo por los nichos de poder que existen en algunas esferas.

El cambio siempre provoca desasosiego, solamente por la renuencia a los fenómenos venideros, pero todo esto es normal.

Lo importante del caso es colocar las cosas en su justa dimensión, es decir, necesitamos capacitar a nuestros funcionarios previo diagnóstico de las áreas mas indispensables para el desempeño de su puesto, dicha capacitación debe ser continua y en base a un programa de estratégico de formación.

Definitivamente, lo anterior debe ir acompañado de una serie de acciones adicionales que abordaremos más adelante en nuestro espacio ( incentivos, reconocimientos, evaluaciones que respondan al desempeño y no a criterios arbitrarios del evaluador de turno, entre muchas otras acciones.)

Gracias por participar con tus comentarios y mantente como seguidora de nuestro blog.

Mgtr. Alessandra I. Calcagno J. dijo...

Muchas gracias Mgter.
La verdad me pregunto si cada capacitación irá acorde con cada una de las instituciones, o si será un plan general?
Gracias,

Rogervan dijo...

:) excelente articulo espero estar mas al pendiente de tu interesante blog

@GestionPublica dijo...

Muchas gracias por tu comentario Rogervan.
Las buenas apreciaciones de nuestros lectores, le imprimen energías positivas a lo que intentamos hacer mediante este espacio en la red.
Esperamos mejorar cada día.
Muy amable por estar siempre pendiente.

David dijo...

Johanna, cordial saludo para ti.

Comparto muchas de las ideas que expresas en este escrito, aunque la solución que mencionas es solo parte del problema. Me parece que olvidas mencionar y reflexionar acerca de la siguiente cuestión: es tan importante la solución misma, como la manera en que esta se implementa.

Cito tus palabras, porque creo que estas reflejan precisamente el nudo gordiano del asunto de la reforma de la administración pública:

"pero la realidad con la que nos encontramos la mayoría de las veces es que si no estas inscrito en un partido político, no importa los méritos que te respalden, tendrás que ver los toros desde la barrera y soportar con estupor como la mediocridad gana espacios y se erige en norma".

Existen suficientes casos documentados que muestran qué aspectos deben tenerse en cuenta para profesionalizar el servicio civil, como si se tratara de estructura ajena a un contexto temporal, social, geográfico, cultural y político específicos.

Por ello, al implementar los recetarios siempre nos quedamos cortos a la hora de producir resultados concretos. En ese orden de ideas, pienso que la pregunta de fondo no debería ser ¿Cómo mejorar el servicio civil? sino ¿Qué debemos hacer para que los tomadores de decisiones decidan incorporar las instrucciones y mecanismos de refomra?

Esta aceptación pasa por un proceso político el cual debemos entender a cabalidad, para poder persuadir. En otras palabras, la parte técnica "o el qué" ya está resuleta, pero en lo que todavía no hemos trabajado es en el aspecto político del proceso, para ver qué motiva las decisiones, y por esa vía llegar a mover la voluntad de quienes toman las decisiones.

@GestionPublica dijo...

Muy Buenas Noches David

Antes que nada te doy una cordial bienvenida a este espacio de reflexión en la red sobre temas de gestión. Es reconfortante poder contactarse con personas que comparten ideas en común en este sentido.

Debo iniciar diciendo que el mejoramiento de la calidad en la prestación de los servicios públicos es una realidad con múltiples aristas.

En el artículo motivo de nuestra reflexión inicie haciendo mención a la necesidad de propiciar cambios de forma y fondo en cuanto a la administración de la cosa pública, entendiendo por forma para los efectos “el modo o manera de hacer las cosas” y por fondo “lo esencial de una cosa”.

En este sentido, debo aclarar también, que la necesidad de una capacitación continua de los funcionarios para el mejoramiento del servicio público, no implica en forma alguna que la capacitación sea la “única vía” para el mejoramiento de dicho servicio público, ni mucho menos significa que capacitar será la panacea a todas nuestras necesidades, ya que esto sería incurrir en una visión sesgada y escotomica de un asunto que da para mucha tela que cortar.

Sin embargo, las políticas de formación, entendidas como proceso continuo y estructuradas como debe ser, es decir como “eje transversal” en el proceso de reformas; constituirán el sustento a una serie de acciones adicionales que son necesarias desde lo administrativo, político, académico e incluso organizacional.

@GestionPublica dijo...

A mi parecer y humilde entender, no existe una pregunta de fondo por excelencia frente al tema de mejorar el servicio público, más bien existen un sinnúmero de cuestionamientos asociados a datos conocidos y datos por conocer en esta incorporación de decisiones y mecanismos de toma de decisiones en el proceso de reformas en el ámbito público, que conllevan la consideración de contextos históricos, idiosincrasia, geográfica, liderazgo, etc. dónde pretenden implementarse las reformas a las que seguramente haces alusión.

Si hilamos delgado mis planteamientos en nada difieren de tu posición, por el contrario resultan increíblemente coincidentes, ya que al llamar a un cambio de paradigma y cito:(VER ARTÍCULO)

…Lo anterior por inferencia lógica, implica un cambio de paradigma a nivel de nuestras instituciones. Conlleva además, una acción inmediata y decidida a todos los niveles. Un compromiso por parte de los actores sociales involucrados y claro está, por parte de quienes enfrentan las contingencias propias del ejercicio de la función pública (limitaciones presupuestarias, decisiones jerárquicas inconsultas y politización del quehacer público por encima de su profesionalización), entiéndase el funcionario que recibe el documento en ventanilla, el que brinda la opinión legal, califica un documento, desarrolla la política de gestión de un departamento y participa en cualquiera de las labores de ejecución de una organización pública.

@GestionPublica dijo...

No hago mas que un llamado a esa necesaria consideración de lo sociopolítico en la gestión del cambio con respecto a la manera de administrar lo público, ya que las decisiones en el Siglo XXI no descansan exclusivamente en los ejes formales del poder político, sino también en los movimientos, grupos, gremios, asociaciones de la llamada sociedad civil que a través de sus acciones y omisiones (porque ocurre) propician y en ocasiones limitan el avance de los procesos de reformas en la gestión pública.

Si haces un seguimiento detallado de mis planteamientos y la estructuración del blog (Véase también Artículo Hacia un cambio de Paradigma en la política), lograrás percatarte de la importancia que le concedo al “tema político del proceso” y las duras críticas que hago a la forma en que lo político-partidista (que a la postre no es mas que la proyección de intereses de otro tipo, comúnmente económicos), repercute en la gestión de las decisiones públicas.

Recuerda que la voluntad y decisión de los agentes políticos es voluble y dependiente de factores endógenos y exógenos propios y entendibles en un sistema complejo y un medio caótico (teoría del caos en lo social), razón por la cual a mi modo de ver resulta quimérico partir de la premisa de que la solución de los problemas públicos se encuentra en el “qué” por encima del “cómo” o en el “cómo” por encima del “qué” o más aún que la parte técnica de la situación esta resuelta cuando en muchos países dichas “técnicas” no han logrado salir de los claustros académicos para contrastar y describir el día a día de las vivencias y conocimientos informales que se viven en nuestros ministerios, dependencias, departamentos y demás instancias que son visitadas por un sinnúmero de ciudadanos que al fin de todo buscan calidad, eficiencia y eficacia por parte de sus instituciones públicas.

En síntesis David (porque me he extendido demasiado) no planteo soluciones unívocas porque esta claro que estás no existen. En modo alguno mi artículo habla de una vía para “resolver” un “problema”, por el contrario aborda una situación desde distintos puntos de vista y llama al cambio de paradigma en la forma de concebir y gestionar lo público, sugiriendo que uno de los enfoques para el abordaje haga especial énfasis en capacitar a nuestros funcionarios de manera continua y de forma planificada estratégicamente (programas de utilidad y sostenibilidad para el ejercicio del puesto).

Las mejores prácticas en distintos países e instituciones, las propuestas de reformas que han funcionado en otras latitudes, las técnicas que han constituido un alivio para las principales taras administrativas del sistema público en ciertas instituciones, los informes de centros y asociaciones internacionales, así como las sugerencias de organismos internacionales constituyen la brújula , pero el timón esta puesto en cada barco y tanto la pericia del capitán, como los factores externos e internos conjuntamente harán la diferencia entre un tránsito sin problemas hacia esas reformas tan anheladas por los ciudadanos o el anclaje inevitable del barco modernizador de la función pública.

Espero contarte entre los seguidores del blog, ya que de ser así recibirás las actualizaciones en la bandeja de entrada de tu correo electrónico.

David dijo...

Johanna,

Veo que tu formación y experiencia te han permitido construir una panorámica excesivamente detallada y minuciosa. Lo digo por la elaboración de tus respuestas y las reflexiones que le preceden.

Me gusta mucho el simil con el que recojes y describes el rol de los centros, asociaciones internacionales y demás. En efecto, se trata de poner a disposición de las contrapartes una suerte de carta de navegación, o en tus propias palabras, una brújula.

Al respecto, dos comentarios. El primero es que efectivamente, la labor de estos organismos es realizar diagnósticos (muchas veces corroborando lo que ya se intuye) y a partir de analisis comparados y buenas prácticas, indicar el camino a seguir. El segundo comentario, vuelve al punto que mencioné en la anterior entrada y no por obstinado, sino porque desde la experiencia (la poca pero sustantiva experiencia) que tengo), me queda claro que la capacidad de incidencia que procuran todos estos organismos tiene un punto común u obstáculo: ausencia de voluntad de quienes son los encargados de decidir, o en tus palabras, de los capitanes del barco.

Estamos de acuerdo en que no planteas la capacitación como la única via para solucionar el problema, y estamos de acuerdo en que la cosa pública y concretamente, la administración pública, son elementos multidimensionales y profundamente complejos.

Sin embargo, y con el ánimo de profundizar en otras consideraciones, pienso que debemos limitar el espectro de observación, no por simplista, sino porque es imposible que lleguemos a conocer toda la realidad, y menos aun entenderla.

Concretamente, lo que sabemos es que la burocracia panameña es una de las peores de la región. Es inequitativa, es ineficiente, altamente politizada y altamente clientelista.

Y concretamente, lo que buscamos, antes que reflexionar teóricamente, es encontrar soluciones o caminos para transformar esa realidad específica.

David dijo...

Entonces, ya sabemos cuales son los males que aquejan al servicio civil, y tenemos suficientes elementos para orientar a los tomadores de decisiones para efectos de corregir todos esos males.

Pero ¿cómo hacemos para que los políticos dejen de ver el servicio civil como un botín político? Qué explicaciones se les debe dar? Cuáles incentivos se les debe ofrecer para que su conducta cambie?

En el fondo, mi observación no es criticar tu propuesta ni mucho menos. Mi observación es simple y llanamente esta: ¿Cómo los convencemos de que acepten las brújulas, recomendaciones y demás?

Se me ocurre que a ellos no les importa transformar el paradigma, pues al fin y al cabo detentan el poder y se benefician de la situación tal cual como está. Por lo tanto, al profesionalizar el servicio civil es obvio que perderían cuotas de nombramiento, y parte del control que tienen.

Por lo tanto, habrá que buscar soluciones alternas que realmente motive a los políticos a implementar soluciones tales como la capacitación constante y todo aquello que mencionas. Ahí esta, me parece a mi, el meollo del asunto: la "manipulación" de la voluntad. A eso debemos apuntar si lo que buscamos es la transformación de la realidad.

@GestionPublica dijo...

Primeramente te envío un cordialísimo saludo David.

Debo decir que ha sido sumamente enriquecedor el intercambio de ideas que hemos sostenido durante este tiempo.

He estado ausente de mis actividades en el blog hasta hace un par de días, ya que en estos momentos me encuentro participando de un curso de la OEA en materia de acceso a información pública, que sumado a otras actividades me han distanciado un poquito de mis aportes en el este sitio. Me disculpo por esto.

De tus observaciones puedo rescatar la preocupación por el obstáculo que encuentran ciertos organismos a la hora de encontrar voluntad por parte de los encargados de decidir. (capitanes del barco)

Sin embargo, percibo una imprecisión, debido a que la falta de voluntad no descansa del todo en los encargados de decidir o por lo menos no como se ha querido hacer creer, ya que una gran cantidad de procesos emprendidos desde el seno de organizaciones y organismos que se dedican en teoría a hacer de este mundo un lugar mejor y que han tenido oportunidades de oro para resolver o mitigar graves problemas sociales han fracasado rotundamente, entre otras cosas por caer por acción u omisión en el juego y rejuego del poder con todo lo que este implica.

No será lo anterior,un elemento para cuestionar la legitimidad de los objetivos o fines sociales de algunas de estas organizaciones? O es preferible para la comodidad de todos tirar la pelota como de costumbre al gobierno y los políticos?

Y es que citando a Nietzsche en Más allá del Bien y del Mal: “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en uno. Ya que Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.

En este sentido, hay que ser cuidadoso y evaluar con detenimiento hasta que punto "algunos" de estos obstáculos que mencionas, son propiciados o no por estos mismos organismos.

@GestionPublica dijo...

Estoy de acuerdo en que al ser humano le esta vedado aprender y aprehender la realidad y naturaleza humana en todas sus aristas, sin embargo para mi criterio, el espectro de observación tratándose de fenómenos sociales,no ha de limitarse, más bien debe ampliarse y en tal caso especializarse y aterrizar en el momento del abordaje y no de la observación.

Como bien señalas, la democracia panameña es inequitativa, ineficiente, altamente politizada y altamente clientelista. En este sentido tus apelativos han sido condescendientes y lacónicos para las muchas otras taras de nuestra “banana democracia”. Sin embargo David, lo cierto es que la transformación de esta realidad específica se verificará mediante análisis y abordajes cruzados que a través de políticas públicas y sociales concatenadas puedan respaldar la construcción de un proyecto de nación.

La pregunta del millón es cómo llevar a cabo ese proyecto de nación con tantos intereses en juego y encontrados? Mediante la planificación estratégica y la capacitación no como acto aislado, sino como proceso continuo, transversalizandola a todos los niveles de nuestras instituciones públicas.

Costará? Definitivamente. Ningún proceso de cambio ha visto sus frutos tan a corto plazo.

Cómo trazar el plan de navegación? Antes de hacerlo, debemos definir hasta que punto nosotros como sociedad civil, ciudadanía, pueblo, etc, hemos identificado el problema o más bien si lo han identificado por nosotros?, es realmente un problema o son varios los que en conjunto han generado la situación caótica en la que nos encontramos por momentos, nos hemos organizado socialmente para gestionar en ese caos o han intentado organizarnos para validar conceptos, proyectos y programas que pueden o no responde a intereses tan cuestionables como los intereses político partidistas que tanto criticamos.

Los políticos tradicionalistas seguirán viendo el servicio civil como un botín político? Si, lo seguirán tratando como tal mientras no logremos profesionalizarlo.

Cómo profesionalizarlo si los políticos no lo permiten? Mediante la acción concertada de la sociedad civil. Existen profesionales que están haciendo un trabajo o intentan hacerlo y no encuentran apoyo no de los políticos, sino de organismos internacionales y de otro tipo.

El punto aquí no es si a los políticos les importa o no transformar el paradigma, es un hecho que no les conviene, de lo que se trata más bien es crear una necesidad o dicho de otra forma generar la oferta para poder exigir demanda de lo ofertado.

Que se debe ofrecer? Una reforma político-administrativa desde el ciudadano.

Quien debe encargarse de ofertar dicha reforma? Quien necesita de una mayor demanda, es decir el ciudadano de a pie, las instancias de la sociedad civil, etc.
Cómo hacerlo? Mediante acciones y políticas cruzadas que incluyan las fuentes tomadas en cuenta por los políticos, es decir el electorado, el mercado, las leyes y los expertos.

@GestionPublica dijo...

Por otra parte, Siguiendo tu línea de pensamiento, se me ocurre que si a ellos no les importa transformar el paradigma como bien apuntas, pues al fin y al cabo detentan el poder y se benefician de la situación tal cual como está. Y profesionalizando el servicio civil perderán cuotas de nombramiento, y parte del control que tienen, identifiquemos la naturaleza del poder del que hacen mano y mostrémosle la realidad del siglo XXI en el que las reglas del juego ya no sólo vienen dadas por el estado y sus instituciones (Elinor Ostrom) y van a necesitar desarraigarse de ciertas costumbres y adquirir muchas otras para detentar el poder que emana de poder gestionar administraciones cada vez más inteligentes, en base a decisiones mas científicas y menos políticas.

A mi modo muy humilde de ver, la autoorganización es vital y sin que veamos en ello una fórmula. El hecho es que gran parte de los procesos de participación ciudadana se han emprendido a la luz de formulas rígidas y directrices verticalizadas.

Esta claro que las reglas del juego cambiarán y la autogestión de los intereses comunes, así como las estructuras de gobernanza alternativas pueden ofrecer una alternativa adicional y en este proceso de autogestión la educación del ciudadano y la capacitación del funcionario juegan en pro de estas estructuras de gobernanza alternativas que se pretende construir.

Seguramente te preguntaras-Educación ciudadana en que sentido? A diario por medio de expresiones de los ciudadanos se refuerza la idea de que tal o cual diputado es un ladrón, “pero” entrega bolsas de comida, tal o cual fundación desvía fondos, “pero” a fin de año hace tremendas fiestas de navidad para los niños, tal o cual director de una institución coimea, “pero” todos lo hacen y este por lo menos lo sabe hacer bien.Tan dolorosamente realista como pueda parecer, mientras ciudadanos organizados y no organizados, no seamos más cuidadosos con estas apreciaciones, no esperemos maravillas por parte de estos famosos personajes del quehacer nacional.

Que señales estamos enviando a nuestros políticos? Se les envia la señal de que los electores buscan, bolsas de comida, cemento, casas, limosnas y asistencialismo.

Sin ánimo de excusarlos, el punto es que hay un trabajo que realizar en el tejido social en su conjunto. Educando a la ciudadanía y capacitando a nuestros servidores públicos y cambiando el paradigma a todos los niveles.

Para finalizar puedo decirte que no me produce incomodidad el ser criticada y en tal caso no siento de esa manera tus observaciones, por el contrario se agradecen y como te comente anteriormente he notado coincidencias y no divergencias en nuestro intercambio.

David dijo...

Johanna, cordial saludo nuevamente.

Me gustó mucho esta última entrada, porque por momentos olvidé que el ejercicio de la política, y en últimas, el desempeño del servicio civil son y deben ser bi-direccionales y tu me lo recuerdas con suficiente razón.

En ese sentido, debo decir que somos tan responsables como los políticos sobre los males que nos aquejan. Sin duda alguna, la falta de cultura política y ciudadana merman nuetra capacidad colectiva de EXIGIR resultados.

Por tanto, pienso que aciertas enormemente cuando dices que a la ciudadanía hay que educarla. Yo diría que antes que educarla, hay que crearla. Tenemos que crear ciudadanía, conciente de su rol y de su importancia como parte del sistema, y como parte la sociedad.

Cuando ello ocurra, las señales que enviamos a nuestros políticos serán necesariamente reemplazadas, y en vez de mostrar deseos de recibir asistencialismo, se empezará a exigir acciones concretas, resultados concretos, o en otras palabras el tan anhleado accountability.

Lo interesante de nuestra discusión es que terminamos reflexionando sobre otros aspectos que inicialmente no fueron tenidos en cuenta, pero que juegan un papel fundamental en el quehacer público, sobre todo cuando aspiramos a transformar las cosas tal y como están.

Para terminar, en días pasados envié a la dirección de correo de tu blog un e-mail. Espero que lo hayas visto.

@GestionPublica dijo...

Gracias por tus atinados aportes.

Definitivamente es así, educación y capacitación, permitirán los cambios de enfoque en la forma de hacer las cosas , por parte y de parte de todos los involucrados.

Suele suceder que buenas acciones y políticas(fondo) fracasan por la forma en que son implementadas.

El gestor público debe conocer su entorno, idiosincrasia de su medio, contexto cultural e histórico, intereses en el juego del poder, psicología, manejo de conflictos, en fin. Un sinnúmero de elementos que le permitan llevar a buen termino y mediante una buena forma aquello que en fondo debe hacerse.

Por lo demás, ha sido un excelente intercambio de ideas. Espero contarte entre los seguidores del blog, ya que definitivamente un artículo nunca será suficiente para plasmar todas las inquietudes que tenemos frente a tantos temas prioritarios y nunca podremos agotar las observaciones que a partir de nuestras experiencias consideramos son las prioritarias.

Gracias nuevamente por tu entusiasmo, espíritu critico y compromiso con estos temas.

Leeré el correo y te daré pronta respuesta.

Saludos David.

Anónimo dijo...

Hola Mgtr. Lastra le comento lo siguiente, en el año 2011 nacio la idea de crear un producto para generar una mejor calidad en los servidores publicos gubernamentales, principalmente en nivel municipal ya q es ahi en donde se da el primer y mas amplio contacto del gobierno con los ciudadanos sin dejar que es en donde se da el contacto mas constante y personal, este proyecto que ahora es una realidad lo denominamos unigobierno, igual responde a la poca calidad que existía y ausente interés de construir mecanismos por parte de gobierno tanto federal como estatal para dicha formación a los funcionarios, esquemas poco viables y nada prácticos así como con su limitada capacidad de cobertura, dicho lo anterior le invitaría a conocer unigobierno, que mas alla de ser un producto que nos genera un ingreso económico justo y sensato a nuestro trabajo, deseamos generar con estos conceptos mayor calidad en servicio, eficiencia y eficacia, en los niveles de mayor importancia en la función publica así como a los tomadores de decisiones, una estandarizacion el la atencion y resolucion de los problemas del ciudadano, esperando su comentario y en su caso poder contactar de manera personal para compartir experiencias y nutrir este producto, a lo cual le comparto mi correo personal gerardogts@yahoo.com y la pagina www.unigobierno.net misma nos gustaría entrara y conociera el producto.sin mas le agradezco la atención y espero su pronta comunicación